Dijo Albert Einstein: «El interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo. Quien lo sabe la aprovecha, quien lo desconoce la sufre«.
Ciertamente así es y, hablando de finanzas y economía, aprovecharla es enriquecerse.
El interés compuesto es un sencillo pero muy efectivo método para multiplicar las ganancias que nos entrega el interés de un bien o un activo. Consiste, básicamente, en reinvertir esas ganancias junto al capital inicial, lo que potenciará los beneficios de manera exponencial a medida que pase el tiempo y que se siga aplicando.
FORMULA DEL INTERÉS COMPUESTO
CAPITAL FINAL= C · (1 + i) n, en la cual C es el capital inicial, i es el interés y n la cantidad de tiempo en la que queremos aplicarlo.
Es muy común, sobretodo en personas que no son inversores, el hecho de retirar las ganancias que obtenemos de algo (ya sea una inversión o incluso de una apuesta, lotería o herencia) con el único fin del disfrute y despilfarro.
Utilizando el interés compuesto, el beneficio se reinvertirá y formará parte del capital. Con ello, se reducirá el tiempo para obtener otra vez el mismo beneficio. Si repetimos el proceso a lo largo del tiempo, lo que mediante el interés simple hubiera sido doblar una cantidad podría perfectamente multiplicarse por seis.
A lo que podemos sacarle un buen partido mediante el interés compuesto es a nuestros ahorros.
Un ejemplo:
Si tenemos la capacidad de generar 1000€ de ahorro al año y le sacamos una rentabilidad media anual del 10%, obtendremos 100€ de beneficio.
La peor opción es «malgastar» los 1000€ de ahorro y los 100€ de beneficio.
La opción que toma la mayoría de la gente es «malgastar» los 100€ de beneficio, y así ahorrar el segundo año 2000€. Sacaría 200€ anuales por la rentabilidad del 10%. A los 20 años, con 20000€ ahorrados, sacaría 2000€ que suponemos que sigue «malgastando».
La opción del interés compuesto consiste en que con los 1000€ de ahorro conseguimos 100€ de beneficio. El segundo año tendríamos 2100€ de ahorro y 210€ de beneficio. Y aquí aparece la magia del interés compuesto: a los 20 años, tendríamos más de 57000€.
Así que os dejamos la elección a vosotros
¿Lo vais a aprovechar o lo vais a sufrir?